Innovación y Startups

Álvaro Eyzaguirre: “Pese a la crisis sanitaria, pudimos avanzar en la modernización del sector”

Afirma que registraron un aumento de 12% en las postulaciones a instrumentos de innovación y un alza en la participación de regiones.

Por: Álvaro Vergara | Publicado: Lunes 30 de noviembre de 2020 a las 04:00 hrs.
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En 2017 el sector silvoagropecuario registraba una tasa de innovación de un 13,8%, según la última Encuesta de Innovación del Ministerio de Economía, que lo ubicaba en el puesto 9 entre 14 industrias analizadas.

“Sabemos la importancia que ha ido tomando cada año la agricultura como fuente de trabajo y fuente exportadora, y en ese sentido es grave que el sector no trabaje más la innovación para alcanzar mayor valor agregado y mayor competitividad”, afirma el director de la Fundación para la Innovación Agraria (FIA), Álvaro Eyzaguirre.

Los principales obstáculos que identifica el ejecutivo tienen que ver con la falta de vinculación entre los actores del ecosistema, falta de acceso a información sobre el mercado y mayor difusión de la cultura de innovación en el sector.

Con este diagnóstico en la mira, la entidad, dependiente del Ministerio de Agricultura (Minagri), inició un proceso de modernización para potenciar la innovación del sector basado en cuatro ejes: incentivo financiero, redes, información y capacitación, los que seguirán vigentes en 2021. Además, pusieron en marcha una estrategia de “democratización” -como la denomina Eyzaguirre- para acercar sus instrumentos a las regiones. Crearon nueve macrozonas para tener presencia a lo largo país y contrataron a profesionales locales. “Así hemos podido atacar los desafíos regionales de una forma mucho más precisa”, dice.

- ¿Cómo los afectó la pandemia?

- La pandemia ofrece problemas y también oportunidades. Nuestro proceso de modernización basado en concursos de financiamiento, talleres de redes y vinculación, difusión de bases de datos, y capacitaciones, nos permitió ser muy innovadores y aprovechar todos los recursos disponibles, por lo que a pesar de los confinamientos pudimos continuar con el trabajo. Si bien vimos reducido nuestro presupuesto anual cercano a los $9 mil millones por la crisis, observamos alzas en dos instrumentos que miden el desempeño de la innovación en la industria: la Convocatoria de Jóvenes Innovadores y la Convocatoria Nacional. Esta última, que ofrece hasta $ 150 millones de financiamiento para cada uno de los proyectos adjudicados, tuvo un total de 535 postulaciones, 12% más que el año pasado. Y de ellos, un 50% corresponde a usuarios nuevos, lo que demuestra que con la presencia regional está llegando gente que antes no postulaba.

En el caso de la Convocatoria de Jóvenes, recibimos 460 postulaciones en 2020, por sobre las 260 que llegaron en 2019. Y montamos talleres de vinculación (ruedas de negocio) digitales, seminarios virtuales y webinars, alcanzando a cerca de 5 mil usuarios agrícolas durante este año.

- ¿A qué tipo de proyectos apunta el financiamiento?

- Históricamente hemos financiado proyectos de todos los tipos, pero nos enfocamos en ideas que, más que capacidad disruptiva, tengan impacto dentro un rubro o de un territorio. El presupuesto se destina a tres áreas: primero, a procesos innovadores, es decir todo aquello que incorpore innovación en el proceso productivo agrícola; desarrollo de nuevos mercados innovadores, que a los productos que hoy exportamos como commodities podamos darle valor agregado y así abrirnos a nuevos mercados; y eficiencia hídrica y adaptación al cambio climático. De las 535 postulaciones que recibimos durante 2020 con la Convocatoria Nacional, 200 corresponden a procesos innovadores, 188 a cambio climático y eficiencia hídrica, y 147 a desarrollo de nuevos mercados.

- ¿Qué falta para seguir potenciando la innovación en el sector y subir en el ránking del Ministerio de Economía?

- El incentivo financiero ha sido siempre una limitante, porque el agricultor tiene que dedicarse a producir y tiene una serie de cosas que muchas veces lo sacan de su proceso, como una helada o una sequía, y eso le significa mayores costos o menos ingresos. Por eso son importantes instrumentos como los que tenemos en el Ministerio de Agricultura para apoyar con financiamiento.

También está el tema de las redes. Generalmente cuando un agricultor, de regiones sobre todo, llega con una idea innovadora, no cuenta con los contactos que podría tener con académicos de la zona, por ejemplo, para avanzar hacia un proyecto.

En esa misma línea, este año sembramos algunas directrices que apuntan a profundizar el trabajo que estamos haciendo para 2021, y que se basan en una mayor asociatividad del mundo privado, la academia, los agricultores y el Ministerio de Agricultura, mayor democratización de la innovación a través del trabajo en regiones, y un mayor desarrollo del “Agro 4.0” a través de Big Data.

Hay un montón de aplicaciones que se pueden hacer a través de algo tan simple como el celular. Por ejemplo, hay bases de datos enormes sobre condiciones meteorológicas que pueden ayudar con el manejo de temperaturas, humedades, prevención de plagas, etc. Y la robótica ha abaratado mucho sus costos también. Hoy los sensores de temperatura y humedad, por ejemplo, son tecnologías muy accesibles para todo tipo de productores.

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